viernes, 8 de octubre de 2021

Luis Pasamontes: El liderazgo del gregario. Por Jesús Ángel Rodríguez

Pasamontes, Luis: El liderazgo del gregario. Todo lo que he aprendido del trabajo en equipo durante mis años como ciclista profesional. Editorial Alienta, Barcelona, 2019. 432 páginas. Prólogo de Antonio Lobato. Epílogo de Carlos Sastre. Comentario realizado por Jesús Ángel Rodríguez.

Todos somos gregarios (colaboradores) de un líder

El término gregario se refiere al rol de unas personas que trabajan alrededor de un líder. En un equipo ciclista, son los que proveen al líder de todo lo necesario: agua, comida, ropa, ponerse delante para quitarle el viento, acelerar la marcha del grupo, prestarle la bici al líder si tiene una avería…

En un equipo de trabajo no todos pueden ser líderes, no todos pueden ganar a la vez. Hay personas imprescindibles para que el éxito suceda. Normalmente ponemos el foco en el vencedor, ya sea atleta, empresario, artista… pero detrás hay mucha gente que ha trabajado y se ha esforzado por que ese éxito haya sido posible. Recordad cuando un actor recibe un premio por su trabajo y le da las gracias a su “tía Mari” que le animaba a disfrazarse y a que representara obras de teatro inventadas para ella en su salón. Porque el gregario merece su reconocimiento, de lo contrario, perderá las ganas de esforzarse más.

En nuestra vida hemos tenido muchas personas que nos han formado y ayudado a que nos hayamos convertido en las personas que somos. Personas que nos han animado, que han sido mentores nuestros, algunos sin ellos saberlo. Una palabra que dijeron, un éxito que consiguieron, un fracaso que no les hundió. Porque todos somos mentores de alguien y, muchas veces, sin darnos cuenta. Este es uno de los mensajes del primer capítulo.

También en el trabajo hay muchas personas imprescindibles: el personal de limpieza que vacía las papeleras y permite un lugar de trabajo salubre; los informáticos que nos sacan de un atolladero; los que controlan la red informática para que funcione; los compañeros que dan ánimos y ayudan; el jefe que se preocupa de que los programas funcionen y tengas los permisos de seguridad necesarios para trabajar y el mejor material posible, crear los grupos de trabajo idóneos…

No hace falta tener un cargo para liderar un grupo de trabajo. Se trata de tener la capacidad de motivar a un grupo, conciliar las diferencias y anticiparse a los problemas. ¿Te acuerdas de Pepe Reina? Fue el auténtico líder de la Selección Española que ganó el Mundial de Fútbol de 2010. No jugó ni un minuto (era el tercer portero) pero era el auténtico líder. Un auténtico gregario. No era el capitán, ni el jugador más valorado, ni siquiera titular, pero era la argamasa que juntaba a todo ese grupo de jugadores y técnicos que conquistó el Mundial. Los aficionados recordarán que fue el centro de la fiesta en Cibeles.

De esto va este libro, de tener en cuenta que hay que tener mentalidad de gregario. De trabajar en pos de un éxito que puede llegar, o no. Pero el esfuerzo nunca hay que escatimarlo.

Todos tenemos una vocación y debemos luchar por ella. Algunas veces podremos ganarnos la vida con ello, otras muchas no; pero el motor que mueve la vida es muy variopinto. “Vivir y trabajar en lo que realmente nos apasiona no es fácil, no es sencillo. Sin embargo, vivirlo sí es posible. (Nuestra vocación puede ser cantar, pero es complicado vivir de ello. Nada te impide cantar con amigos, en familia, en un karaoke” (página 28).

Descubrir el rol que uno desempeña bien en el grupo humano donde se encuadre nos va a permitir hacernos un sitio. Pasamontes cuenta que le costaba muchísimo tener victorias y sin embargo era bueno en saberse colocar, proteger al líder y acercarle a la victoria. A todos nos gustaría estar en un puesto destacado que tuviera reconocimiento y estuviera muy bien retribuido, pero no todos valemos para ese puesto. De hecho, el principio de Peter afirma: «las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad, a tal punto que llegan a un puesto en el que no pueden formular ni siquiera los objetivos de un trabajo, y alcanzan su máximo nivel de incompetencia».

Cuentan que una monja se acercó un día a Santa Teresa y le preguntó que qué le faltaba para ser santa. Y Santa Teresa le contestó, no es lo que te falta, sino lo que te sobra. Por eso, para ser un buen gregario y trabajar por el éxito del grupo, lo primero es quitar egos y prepotencias.

El libro es muy ameno. No son batallitas ciclistas, son enseñanzas que el autor ha sacado de su experiencia como gregario en el ciclismo, lo que te cuenta es en qué momento fue aprendiéndolas. A los amantes del ciclismo les gustará aunque se les quedará corto. Pero te guste o no el ciclismo, te aseguro que aprenderás algo.

Luis Pasamontes (Cangas de Narcea, 1979) fue ciclista profesional entre 2002 y 2013. Su trabajo era ayudar a que otros pudieran levantar los brazos y llevarse la victoria. Su cometido –muchas veces- había acabado cuando conectaban las cámaras de televisión, por eso no lo conocerás.


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