lunes, 2 de octubre de 2023

Kevin O'Brien: La aventura ignaciana. Por Manuel García Bonasa

O’Brien, Kevin: La aventura ignaciana. Experimentar los Ejercicios Espirituales de san Ignacio en la vida diaria. Mensajero, Bilbao, 2017. 287 páginas. Traducción de Milton Elliot Jensen. Comentario realizado por Manuel García Bonasa. 

Es frecuente encontrar publicados por el Grupo de Comunicación Loyola, al que pertenece la editorial Mensajero, libros que ofrecen diversas propuestas o materiales para realizar el mes de Ejercicios de san Ignacio de Loyola en la vida cotidiana. Significativos fueron, por ejemplo, Cristo en lo cotidiano. Los Ejercicios Espirituales en la vida diaria, de André de Jaer, S.J. y el equipo del Centro de Espiritualidad de La Pairelle (Bélgica) (Sal Terrae, 2007); o A solas con Dios. El mes de Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola en la Vida Diaria, escrito por los jesuitas Javier Sagüés y Francisco Javier Cortabarría (Mensajero, 2011). Este tipo de publicaciones tienen en su haber no sólo el que facilitan una propuesta concreta para hacer en el día a día el mes de Ejercicios, sino una buena dosis de materiales y de originalidad desde la fidelidad a la propuesta ignaciana, que dinamiza y revitaliza el mes de Ejercicios ignaciano en lo ordinario y concreto de la vida habitual. 

La aventura ignaciana, escrito por el jesuita norteamericano Kevin O’Brien, forma parte también de este grupo editorial, y ofrece una manera original y sencilla de hacer Ejercicios Espirituales en la vida diaria. Su autor está habituado a acompañar regularmente a diversos tipos de ejercitantes. Todo ello desde la experiencia real de haber trabajado en diversas misiones en la Compañía de Jesús que tienen que ver tanto con la educación como con el apostolado social. Conoce bien la dinámica de los Ejercicios y la realidad concreta de donde pueden provenir aquellas personas que buscan hacer esta experiencia. 

Con todo, el libro es original, porque va más allá de ofrecer unos materiales y un proceso acompañado en la vida. Comienza con un original y sencillo “directorio” que contextualiza la propuesta en la biografía de Ignacio de Loyola, pero también en el recorrido vital propio de Kevin O’Brien. Junto con un sencillo “manual de instrucciones” dirigido tanto a quien hace los Ejercicios, como a quien acompaña, en el que se presenta la “aventura” que se está a punto de comenzar, pero también la metodología y el compromiso personal que se requiere para que pueda salir adelante constructivamente. En mi opinión, estas páginas iniciales claras y sencillas enmarcan muy bien la pretensión del libro y a la vez su dimensión práctica, pues pretende ser vivido, “practicado” en la misma experiencia de los Ejercicios. No es para ser leído, sino que necesita ser experimentado en el día a día, pero guiado por un buen acompañante. 

Otro elemento original son las diversas propuestas de oración del libro (capítulos), entretejidas con la narración de experiencias biográficas y personales del autor. Lo cual no sólo hace más distendida la narración y el desarrollo de la propuesta de Ejercicios, sino que le da un toque valioso de veracidad y de inserción en lo concreto de una vida, la del P. O’Brien, pero que al mismo tiempo, diferente y propia, está llamada a ser la de todo aquel que haga dicha experiencia. Este elemento recoge una intuición más profunda de lo que a primera vista puede indicar: la experiencia de Ejercicios en la vida está llamada a ser algo más que dedicar un tiempo concreto, en lo craso de la realidad cotidiana, a rezar o a entrar en relación con Dios. Es un kairós, un tiempo de salvación donde realidad y oración no son mundos paralelos, sino una experiencia de encuentro y de comunión profunda, donde la vida y el mundo me hablan y me muestran a Dios, y la oración es expresión de una vida compleja pero rica, donde Dios está en todo y en todos, donde sagrado y profano aparecen difuminados, ya que todo, oración y vida están en Dios y el mismo Dios me llama a la relación con Él en ambas. 

Acabamos con unas palabras que figuran en la contraportada y que son un buen resumen de lo que el libro busca ser: “La aventura ignaciana es un recurso ideal para directores espirituales, pero su estilo sencillo y campechano también lo convierte en un libro perfecto para cualquier persona que busque una mayor comprensión de la espiritualidad ignaciana o una vida de oración más profunda”. 


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