viernes, 16 de febrero de 2024

Ignacio de Loyola: Escritos esenciales. Por Laura Steegmann

Ignacio de Loyola: Escritos Esenciales. Dios en todas las cosas. Sal Terrae, Santander, 2007. 126 páginas. Comentario realizado por Laura Steegmann.

Miguel de Unamuno afirmaba que «la mística busca el fondo donde las potencias se hunden y se asientan, en que se conoce, quiere y siente con toda el alma, no ya ver las cosas en Dios, sino sentir que todas las cosas son en Él». Justamente el mensaje de este escritor español puede contribuir a definir la aportación fundamental de este libro, porque los escritos de San Ignacio han sido siempre fuente de inspiración para ir a la búsqueda de Dios y, a través de él, al misterio de uno mismo y del mundo. 

Una de las marcas principales de la espiritualidad ignaciana es la frase en la que se sintetiza todo su pensamiento: «Buscar y hallar a Dios en todas las cosas», lema que uno de los discípulos de Ignacio concretó en la tan divulgada expresión de «contemplativos en la acción». Esta propuesta de vida es la que se pone de manifiesto en los Escritos recogidos en la presente obra: Dios se hace presente en todo cuanto existe. Por eso, quien lea estas páginas sentirá satisfecha una de las necesidades más actuales en la espiritualidad: integrar y articular con acierto el amor a Dios y el amor al prójimo y a la vida. Los Escritos de Ignacio hacen que nos adentremos en la naturaleza misma de Dios, sabiendo que tal inmersión en el Misterio es lo que constituye la más plena humanización y hermanación de los hombres.

Nos encontramos ante pasajes que invitan a pensar e interpelan nuestra vida, impulsándonos a orar la. En este sentido, las palabras de este pequeño libro facilitan el acceso a Dios desde el núcleo de la propia existencia. De ahí, también, que la distribución temática del mismo no pretenda sistematizar el pensamiento de Ignacio, sino proporcionar accesos a distintos ámbitos de la vida (Amar, Comunicación, Orar, Traba jar juntos y unos por otros, Salud y enfermedad...). 

Así, los lectores de esta obra podrán conocer con cierta profundidad la espiritualidad ignaciana encontrando motivaciones para vivirla. El núcleo de la misma es claro: Dios es el centro absoluto y el sentido pleno de la existencia de cada ser humano. Podemos encontrar a Dios en medio de nuestras vidas y no al margen de ellas. No es necesario crear un espacio propio para Dios. Él nos sale al encuentro, y nosotros podemos experimentarle en medio de nuestra vida y en las circunstancias más diversas. Dios-en-medio-de-la-vida es una buena noticia para quienes estamos inmersos en la espesa red de la sociedad actual, urbana e industrial. Un bonito mensaje de esperanza: Dios no está lejos de nosotros, se encuentra en medio de nuestra vida. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario