Pagola, José Antonio: Anunciar hoy a Dios como buena noticia 2. PPC, Madrid, 2016. 216 páginas. Comentario realizado por David Cabrera Molino.
De un proyecto de renovación llamado “Nueva etapa evangelizadora”, nos llega este libro del teólogo vasco José Antonio Pagola. Tiene por objetivo ayudar a las parroquias, a las comunidades cristianas y, en el fondo, a cada creyente, para impulsar de forma humilde, lúcida y responsable, un proceso de renovación. Atendiendo a la llamada del papa Francisco: renovar nuestra fe por la alegría de Jesús.
A lo largo de siete capítulos, Pagola realiza un análisis sugerente y profundo de la situación social y personal en la que se encuentra la Iglesia. La pregunta que podamos hacernos es si hoy sigue teniendo sentido ser creyente en Jesús y en el Reino que anuncia. Como cristianos estamos llamados a recorrer los caminos anunciando la Buena Noticia que recibimos en el Evangelio. Quien se acerque no encontrará un estudio sociológico ni teológico del anuncio. Es un texto pastoral en su génesis y en su propuesta. De una forma entendible, el autor va explicando cómo hoy estamos inmersos en una dinámica que parece querer prescindir de la propuesta cristiana. Sin embargo, con cierta maestría pastoral, va abriendo nuestro entendimiento a la fe.
Los primeros capítulos están más dedicados al análisis de la sociedad en la que hoy la Iglesia tiene que anunciar la Buena Noticia. Será en los capítulos cinco, seis y siete, donde encontraremos el empuje para llevar acabo la evangelización. No podemos vivir como cristianos que anuncian el Evangelio sin estar vinculados a la experiencia de un Dios que es amigo del hombre. El recorrido que hace Pagola en este quinto capítulo dedicado al Dios amigo es una propuesta bien concreta para quien se acerque a Dios de una forma amable y amigable. Es posible vincularse a Dios con amistad y cercanía. Solo desde ahí es posible ser testigo de ese Dios, ser luz para quien está viviendo en la noche de soledad y de la oscuridad del sin dios.
Por último, la recomendación de mover a toda comunidad cristiana a centrar su vida en Jesús es el gran acierto para emprender la tarea del anuncio. Cuanto más vinculados estemos a Jesús, más y mejor podremos llevar a cabo el gratificante ejercicio del anuncio de la Buena Noticia. Habrá que seguir esperando los siguientes volúmenes de este proyecto de renovación para sumergirnos totalmente en esta “Nueva etapa evangelizadora”.
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