García Maestro, Juan Pablo: La opción misionera renovará la Iglesia. San Pablo, Madrid, 2018. 224 páginas. Comentario realizado por Sergio García Soto.
Mucha es la literatura que desde hace varias décadas habla, reflexiona, plantea y señala líneas de renovación en torno a la Evangelización y la Nueva Evangelización. Aquí se presenta una obra quizás más fresca y actualizada a tener en cuenta para la reflexión personal y comunitaria.
Juan Pablo García Maestro, recogiendo el testigo que el Papa Francisco nos ha lanzado a todos los miembros de la Iglesia desde el inicio de su pontificado y que va en consonancia con la preocupación de sus antecesores, reflexiona con profundidad sobre este tema sin quedarse en la teoría o la especulación. Así tratará de ofrecer algunas indicaciones prácticas en torno a la nueva evangelización como opción misionera, iluminando aspectos, ámbitos e intuiciones renovadoras que permitan vivificar y despertar la misión y dimensión evangelizadora de la Iglesia. He aquí una de las grandezas de este libro, que no pretende ser un manual para la Nueva Evangelización, sino una ayuda que nos haga caer en la cuenta de que la Evangelización tiene más que ver con acción que con ideas y que al mismo tiempo es parte del fundamento más intrínseco de la Iglesia: anunciar el Evangelio y vivir el Evangelio.
Desde esta gran intuición, sencilla y profunda, que afirma que evangelizar tiene que ver con anunciar y con vivir el Evangelio, en y con el contexto actual de al menos el mundo occidental, este libro nos anima en sus primeras páginas a no desalentarnos por los objetivos que no se hayan conseguido hasta este momento, sino que alienta la búsqueda eficaz de aquello que nos permita seguir avanzando en la misión evangelizadora.
A lo largo de las páginas de este libro ágil, ordenado y bien documentado, el autor nos invita a ser conscientes de la necesidad de la puesta en práctica de la Nueva Evangelización como respuesta a la llamada urgente de los últimos pontífices al contemplar un cierto fracaso en el espíritu evangelizador en los últimos tiempos. Así, de la mano del autor, partiendo de una reflexión crítica capaz de reconocer que no todo se ha hecho bien en esta acción propia y nuclear de la Iglesia, recorreremos el fundamento bíblico de esta dimensión fundamental para la Iglesia y para nuestro tiempo.
El autor considera que tenemos una oportunidad idónea desde el impulso misionero al que nos invita el Papa Francisco en su exhortación apostólica programática Evangelii Gaudium, para poder vislumbrar algunas dimensiones particulares en las que llevar a la práctica de una manera más eficaz, transformadora y auténtica. De esta forma, el capítulo central nos ofrece una sencilla reflexión de la invitación del Papa Francisco a cambiar el modo de evangelizar, quizás, curiosamente, volviendo al modo más apostólico de los inicios, con la fuerza testimonial, espontánea y en continua salida y descentramiento, como elementos claves para poder llevar a cabo la Nueva Evangelización que tanto necesita nuestro mundo.
Uno de los grandes logros de este libro es que no busca generar una visión catastrofista, ni idealista, sino un impulso misionero. Para lograrlo, las dimensiones que recorre como lugares donde renovar y repensar la misión evangelizadora son abordadas de manera muy directa y pragmática. Para ello localiza el punto de mira en cuestiones muy básicas que, iluminadas continuamente por el Evangelio y por la reflexión de los últimos Papas, aportan chispas de esperanza y abren cauces para poder seguir reflexionando y buscando la acción evangelizadora auténtica.
Por eso, a partir del cuarto capítulo recorre cinco dimensiones fundamentales que, según su visión, deben ser tocadas y renovadas por el nuevo modo de evangelización propuesto en Evangelii gaudium: la parroquia, la religiosidad popular, la catequesis, la liturgia, la acción social y la familia. Claramente, el autor, gran conocedor del magisterio del papa Francisco, es capaz de intuir que en estas dimensiones, abordadas en algunos de los últimos documentos del magisterio del papa Francisco, se puede llevar a la práctica una renovación pausada y que suponga mayor autenticidad testimonial en el anuncio y en la vivencia del Evangelio.
La parroquia y la familia serán dos ámbitos privilegiados para poder poner en marcha el nuevo modelo de evangelización. La parroquia es el lugar de la comunidad, donde se reúne, vive, celebra y donde cada miembro de la misma, desde su identidad y misión, puede aportar al conjunto siendo uno de las dimensiones con más posibilidades de renovación y de empuje en la opción misionera. En este apartado, el autor se deja iluminar también por la reflexión de un teólogo canadiense, James Mallon, que concibe la parroquia como parroquia misionera y no parroquia de mantenimiento, en respuesta a la crisis de identidad de las parroquias en el siglo XXI. La aportación de este teólogo ayuda a percibir la oportunidad y el reto que supone empezar la evangelización desde el corazón cotidiano de la vida de la Iglesia.
Sobre la familia recoge y ordena algunas de las líneas de renovación apuntadas por el magisterio del Papa Francisco y la necesidad de ampliar la mirada y buscar mayor acogida a la fuerza arrolladora de la familia en el siglo XXI con todas sus posibilidades.
En continuación con los dos anteriores ámbitos, dedica el autor el resto de la obra a la catequesis, la liturgia y la acción social, recuperándolas como tres dimensiones que han sido en parte descuidadas o en las que se ha vivido la evangelización de manera sesgada o no completa, y que por tanto serán ámbitos de especial atención en la renovación misionera de la evangelización.
Culmina el autor alentando a que el esfuerzo de hacer vida el Evangelio, no solo en la manera de anunciarlo, siempre lo realicemos con la mirada puesta en los orígenes. Deseando aprender de esos primeros cristianos que supieron ser testimonio vivo de aquello que anunciaban. Esa, según el autor de la obra, será la mejor opción: volver a la receta original.
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