miércoles, 22 de diciembre de 2021

Hervé Le Tellier: La anomalía. Por Fátima Uríbarri

Le Tellier, Hervé: La anomalía. Seix Barral, Barcelona, 2021. 368 páginas. Traducción de Pablo Martín Sánchez. Comentario realizado por Fátima Uríbarri (periodista; fauribarri@gmail.com).

Dos veces yo

Hay premios que no dan dinero, dan mucho más. Es el caso del Premio Goncourt, un galardón que se otorga desde 1903 y que proporciona a su ganador prestigio y ventas. El triunfador recibe, de modo simbólico, diez euros: el dinero es lo de menos.

El Goncourt es un premio a una obra ya publicada, lo que apuntala su honestidad. Así que se da por hecho que si una obra ha merecido el Goncourt está avalada por la calidad. El galardón lo han logrado primeras espadas de la literatura francesa como Simone de Beauvoir, Romain Gary, Marguerite Duras, Michel Houellebecq o Eric Vuillard, entre otros, nombres que añaden lustre al Goncourt.

Así que cuando nos lanzamos a leer La anomalía, de Hervé Le Tellier, último Premio Goncourt, novela publicada en España por Seix Barral, presuponemos que se trata de una obra de calidad literaria. Además, su autor, Hervé Le Tellier, tiene un atractivo añadido: desde 2019 es el presidente de Oulipo (Ouvroir de Littérature Potencielle -taller de literatura potencial-), un grupo de experimentación narrativa muy interesante al que han pertenecido malabaristas de la literatura como George Perec, Italo Calvino y Raymond Queneau.

A los oulipianos les divierte jugar. Se meten en líos que entablan complicadas alianzas entre las letras y el ingenio. George Perec, por ejemplo, escribió la novela policiaca La disparition sin utilizar la letra e, la más común en francés: un reto de lo más difícil.

A la gente de Oulipo le atraen los laberintos, los escondites, los galimatías, los sudokus literarios: varios de ellos son matemáticos; lo es Hervé Le Tellier, además de editor, escritor y crítico. Todo promete, pues, antes de comenzar la lectura.

También contribuye a insuflar interés la trama que se anuncia en la contra: “El 10 de marzo de 2021 los doscientos cuarenta y tres pasajeros de un avión procedente de París aterrizan en Nueva York después de atravesar una tormenta. Ya en tierra, cada uno sigue con su vida. Tres meses más tarde, y contra toda lógica, un avión idéntico, con los mismos pasajeros y la misma tripulación, aparece en el cielo de Nueva York. Nadie se explica este increíble fenómeno que va a desatar una crisis política, mediática y científica sin precedentes en la que cada uno de los pasajeros podría encontrarse cara a cara con una versión distinta de sí mismo”.

Lo primero que hace Hervé Le Tellier es presentar a los personajes, una selección de los 243 pasajeros de los dos aviones que son los mismos, exactamente los mismos, salvo que la mitad de ellos no ha vivido tres meses de las vidas en común.

Le Tellier toma a ocho de los pasajeros y aplica sobre ellos todo un abanico de posibilidades de reacción ante algo tan extraño e inquietante como encontrarte contigo mismo duplicado. La mayoría es gente normal; ah, pero no todos lo son, con lo cual aumenta la emoción. Las presentaciones se leen de un trago y demuestran las ganas de jugar del autor.

Hay varios guiños lúdicos en la novela; uno de ellos es metaliterario: hay un personaje, por ejemplo, que es un escritor, autor de una obra titulada La anomalía. Es un autor de pocos lectores que se queja del excesivo boato y atención que despiertan los ganadores de premios literarios y los autores de libros muy vendidos. Esto lo escribió Le Tellier antes de ganar el Premio Goncourt y de vender nada menos que un millón de ejemplares solo en Francia. En otro momento se dice, “todos los vuelos tranquilos se parecen, pero cada vuelo turbulento lo es a su manera”, una clara alusión a las primeras líneas de Anna Karenina.

En las maneras, el autor de La anomalía también ha querido hacer algo un poco distinto e impregnar de un estilo concreto y una atmósfera particular a cada personaje: para algunos utiliza el tono policiaco, con otros aplica un baño romántico... Cierto es que en esta novela se aglutinan géneros: es un poco thriller, un poco comedia, ciencia ficción, con un aire John Grisham, y recuerda también a la película argentina Relatos salvajes.

Hay drama, misterio, comedia, ciencia, filosofía, amor, asesinatos.... Hervé Le Tellier ha hecho una curiosa mezcla metiendo de todo en la coctelera. El resultado es sabroso: los estilos y tonos quedan bien entreverados, sin saltos que hagan perder comba, sin extrañamientos incómodos en la lectura.

Y la trama es de lo más intrigante. Pero eso no es demasiado difícil: meter a los personajes en un lío del que no parece posible la salida no es complicado, el reto es sacarlos de allí de una manera convincente y verosímil. La salida del embrollo comienza en una segunda parte de la novela en la que entran nuevos personajes, los encargados de dar una explicación plausible a la duplicación humana y la clonación incluso del avión.

También hay aquí ingenio. Creo que lo más logrado de esta novela son los personajes, porque son variados (un cantante nigeriano, un asesino a sueldo, una niña con un terrible secreto...) y son creíbles.

En la solución del embrollo Hervé Le Tellier echa mano de su impecable imaginación y de sus conocimientos científicos y despliega un impresionante abanico de teorías complicadas, cuánticas, esotéricas e incluso religiosas. Le interesan mucho las posibles reacciones ante lo incomprensible de las gentes más diversas.

“Quería tratar la cuestión del doble desde hace tiempo, de manera más directa que la clonación, ha explicado Le Tellier. En una entrevista en El Mundo ha contado por qué se decidió por abordar este asunto. “El tema del doble se encuentra en la literatura casi desde sus orígenes, en los mitos griegos ya está presente. Pero no conozco ninguna novela en la que se trate la idea de la confrontación con uno mismo, con un pequeño desfase que hace que seamos los mismos sin ser los mismos. Es posible que se haya escrito un libro sobre este tema, pero yo no lo he leído. Tenía la sensación de estar escribiendo un libro que aún no se había escrito. Pero estoy convencido de que alguien en algún lugar ha tenido una idea similar. Sin embargo, aunque ese libro exista, seguro que su propuesta es muy distinta a la de La anomalía”.

El tema es inquietante. “Enfrentarse a sí mismo, a esa persona a la que no podemos mentir, que posee nuestros recuerdos, nuestras pasiones y odios. ¿Cómo reaccionar frente a uno mismo?”, ha afirmado el escritor francés. “Quise explotar todas las situaciones que podrían darse al enfrentar a una persona con su doble”, ha explicado Hervé Le Tellier. En la novela se dan diferentes reacciones. Cada personaje resuelve la convivencia y el futuro con su otro yo de una manera diferente. El puzzle encaja.


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