Sorel, Andrés: Las voces del Estrecho. Akal, Madrid, 2016. 222 páginas. Comentario realizado por Celestino Epalanga.
El autor, nacido en Segovia durante la guerra civil, filósofo y literato galardonado en 2013 con el premio José Luis Sampedro, ha publicado 50 libros entre novelas y ensayos. En esta obra Las voces del estrecho, Sorel da rostro y voces a los muertos anónimos. Pone nombres a quienes los perdieron junto con la vida en el mar. Documenta los indocumentados. Habla de las víctimas de la emigración y del fenómeno migratorio provocado por causas económicas y crisis humanitarias, de gentes que, procedentes de África, buscan las costas españolas para intentar desarrollar nuevas formas de vida; en definitiva, de gente que escapa al abrazo de la muerte que les amenaza desde el nacer. Se denuncia la explotación, el latrocinio de las grandes empresas y regímenes políticos, coloniales o lacayos, sobre territorios cuyas riquezas esquilman; las guerras y las cruzadas militares ininterrumpidas para apoderarse de sus minerales; el tráfico de seres humanos, las torturas y los sufrimientos de los miles de niños que no llegan a alcanzar playa alguna, o si lo hacen, pasan a formar parte de trabajo y vida que les imponen «aquellos que nunca serán culpabilizados por las muertes de quienes no alcanzan la tierra prometida» (p. 9).
Las voces del estrecho se unen a las voces del genocidio provocado por las guerras en el Oriente Medio, en África y en Asia, a la dolorosa marcha de esos miles de mujeres, niños y hombres que huyen de las masacres provocadas «por los aviones y tropas de los países occidentales que siempre buscan beneficios para su economía y estrategia de dominio mundial» (p. 10). Esas voces muertas que componen una suerte de oratorio o canto fúnebre nos dicen que no se emigra por placer sino más bien para buscar la supervivencia. Esta obra nos habla de personajes que se han extraviado por el camino en busca del paraíso, España, sorprendidos por espejismos sórdidos y caprichosos, y de unas vidas interrumpidas, de sueños quebrados y de historias humanas que el autor va a intentar eternizar.
El mar se ha tragado miles de vidas y Sorel intenta rescatar las voces que ya nadie escucha, a las que no se da importancia a las víctimas sin nombre, las voces del Estrecho. Es un libro intenso, un libro que duele porque es un relato de sueños rotos, de anhelos de libertad frustrados, de la miseria y el oscurantismo en que vivían, de la violencia que soportaban, todo lo cual les llevó a abandonar su tierra, a romper con sus raíces, en el intento de buscar una vida mejor.
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