martes, 11 de abril de 2017

Marta Gómez Casas: Eva encadenada. Por Sandra Chaparro

Gómez Casas, Marta: Eva encadenada. Violencia sexual contra las mujeres del mundo. San Pablo, Madrid 2016, 272 páginas. Comentario realizado por Sandra Chaparro.

La periodista Marta Gómez Casas nos habla de los diversos tipos de violencia ejercida sobre las mujeres en el mundo. El libro, magníficamente documentado, ofrece datos, cifras y entrevistas con las víctimas. Ante nuestros ojos desfilan, entre otras cosas, relatos de violencia doméstica, de matrimonios forzosos, de mujeres sometidas a la violencia en guerras y campos de refugiados. El efecto de esta avalancha informativa es devastador. La autora encuentra las causas de esa violencia en la discriminación histórica contra las mujeres de las sociedades patriarcales, en la desigualdad económica y en la inercia de los Estados.

Si algo nos queda claro tras la lectura de estas páginas es que la violencia contra las mujeres no se limita a una cultura ni a un país, ni tampoco a grupos específicos de mujeres en el seno de una sociedad. Las culturas se convierten en una trampa para muchas mujeres, cuya situación es aún más desesperada por un desamparo fruto de las situaciones de conflicto, de la ausencia de una legislación protectora o de su total ineficacia. De ahí que el cambio ha de basarse en la reforma de las sociedades en su conjunto, empezando por el desmantelamiento de mitos arcaicos, que, como el de Eva, han cristalizado en el imaginario de generaciones, transmitiendo una imagen de la mujer como pecadora, seductora y responsable de la expulsión de los seres humanos del jardín del Edén. Marta Gómez Casas nos la evoca encadenada para sugerir, que las cadenas que atan a las mujeres a la violencia están hechas de las ideas, las creencias y los valores de las sociedades patriarcales en los que hemos sido educados desde la infancia. La ciencia ilustrada entendía que la diferencia entre los varones fuertes y racionales y las mujeres débiles y emocionales era biológica. Hoy creemos que se trata de diferencias culturales y sociales que deberíamos ser capaces de superar hablando y educando a nuestros niños en mitos más constructivos sobre las mujeres. Para cambiar patrones de conducta es imprescindible saber primero a qué nos enfrentamos.

El libro de Marta Gómez Casas es un libro duro, y quizá se eche en falta algo más de contexto y de interpretación de los datos que nos ofrece. Pero tras recorrer de su mano los muchos relatos de violencia contados por las víctimas en primera persona, cerrar los ojos ya no es una opción.


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