jueves, 22 de abril de 2021

Miguel Ángel Guisado: Presento, luego existo. Por Marta Medina Balguerías

Guisado, Miguel Ángel: Presento, luego existo. Manual de bolsillo para presentaciones. Gestión 2000, Barcelona, 2018. 199 páginas. Comentario realizado por Marta Medina Balguerías.

Miguel Ángel Guisado parte de estas dos constataciones: en el mundo se hacen “unos 30 millones de presentaciones cada día” (p. 20) y, sin embargo, “el 95 por ciento de las presentaciones de empresa son un fiasco” (p. 22). Y es que, habitualmente, no se concibe siquiera que puedan ser de otra manera. Todos tenemos la experiencia de haber desconectado de una presentación porque no sabíamos lo que el ponente quería decir, adónde quería llegar, cómo pretendía llegar ahí o simplemente porque la monotonía del discurso nos impedía prestar atención. Presento, luego existo procura, ante todo, hacernos conscientes de la relevancia que tiene saber comunicar bien y convencernos de que no es algo con lo que se nace o no se nace, sino algo que se entrena y en lo que se puede mejorar (¡y mucho!).

El libro también ofrece interesantes sugerencias (la mayoría, bastante concretas, cosa que se agradece) sobre cómo mejorar nuestras presentaciones. Guisado las agrupa en tres elementos que abarcan otro sinfín de detalles y que son fáciles de recordar porque forman la sigla ADN: Actuación, Diseño y Narrativa. En la parte dedicada a la actuación, el autor agrupa elementos como el movimiento del ponente, el tono de voz, el lenguaje no verbal, el aspecto  físico, etc. La correspondiente al diseño se centra en cómo deberían ser los apoyos gráficos (generalmente, presentaciones de PowerPoint) para favorecer la buena comprensión de la exposición por parte del público. Finalmente, en la sección que trata sobre la narrativa, el autor ofrece interesantes intuiciones para plantear la estructura de la presentación y para contarla de forma atractiva. Estas tres partes vertebradoras del libro están precedidas por algunas reflexiones introductorias y seguidas por dos epígrafes conclusivos, además de varios interesantes apéndices.

Aunque el contenido del libro llama la atención, a mi juicio lo que más atrae de él es su estilo desenfadado, sencillo, claro y con sentido del humor. En él se trasluce que el autor cumple lo que predica, porque busca la manera de guiar al lector para que se entere de lo que quiere transmitir, pero al mismo tiempo sin perder frescura y sin que se vuelva un catálogo de “vicios y virtudes” de las presentaciones. El libro tiene coherencia, cohesión y profundidad. Aunque está planteado, en principio, para el mundo de la empresa, es útil para cualquiera que tenga que comunicar sus ideas a otros, sea en el foro que sea (conferencias, clases, charlas, presentaciones de empresa…). Comunicar no tiene por qué ser aburrido o pesado, ni para el emisor ni para el receptor; a esclarecer y “aterrizar” esta tesis va dirigida toda la obra.


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