Uribarri, Gabino: Teología de ojos abiertos. Doctrina, cultura y evangelización. Sal Terrae, Santander, 2018. 143 páginas. Comentario realizado por Ramón Gómez Ruiz (Seminario Monte Corbán, Santander).
Nos encontramos ante un mundo y una sociedad que se han ido alejando paulatinamente de la Iglesia. Los numerosos progresos, corrientes de pensamiento y actitudes adoptadas por el hombre de hoy han ido dejando de lado la Iglesia y la religión institucional para dar lugar a nuevas formas de vida, corrientes de pensamiento y modos nuevos de espiritualidad. La cultura ha dejado de ser una cultura religiosa para adoptar un corte secular. En medio de esta realidad nos preguntamos con el P. Gabino Uríbarri Bilbao, SJ, sobre cómo evangelizar de un modo lúcido, incisivo y fecundo hoy día.
En el primer capítulo de esta reflexión sincera y certera nos situamos ante una teología que debe tener los ojos abiertos para entender el mundo de hoy, reflexionar su doctrina, organizar su pastoral y entender de forma concreta el quehacer teológico. El Concilio Vaticano II y el Magisterio pontificio de los últimos años han orientado toda esta reflexión en esta línea.
El capítulo segundo nos sitúa de lleno ante una nueva cultura. Y esta cultura exige un nuevo modo de creer. Nos encontramos ante una sociedad individualista pero plural, en la que lo institucional se ha desmoronado y en la que la creencia religiosa se mueve por los senderos emotivos de un viaje espiritual que produce satisfacción emocional. Por eso es necesario anunciar a Jesucristo en nuestra cultura actual, como propone el tercer capítulo, sabiendo qué acentos casan más con el hombre de hoy y con su sed de vida, situando a Jesucristo en su verdadero contexto y conjugando la exigencia cristiana con el hombre de hoy.
Nos encontramos ante un mundo y una sociedad que se han ido alejando paulatinamente de la Iglesia. Los numerosos progresos, corrientes de pensamiento y actitudes adoptadas por el hombre de hoy han ido dejando de lado la Iglesia y la religión institucional para dar lugar a nuevas formas de vida, corrientes de pensamiento y modos nuevos de espiritualidad. La cultura ha dejado de ser una cultura religiosa para adoptar un corte secular. En medio de esta realidad nos preguntamos con el P. Gabino Uríbarri Bilbao, SJ, sobre cómo evangelizar de un modo lúcido, incisivo y fecundo hoy día.
En el primer capítulo de esta reflexión sincera y certera nos situamos ante una teología que debe tener los ojos abiertos para entender el mundo de hoy, reflexionar su doctrina, organizar su pastoral y entender de forma concreta el quehacer teológico. El Concilio Vaticano II y el Magisterio pontificio de los últimos años han orientado toda esta reflexión en esta línea.
El capítulo segundo nos sitúa de lleno ante una nueva cultura. Y esta cultura exige un nuevo modo de creer. Nos encontramos ante una sociedad individualista pero plural, en la que lo institucional se ha desmoronado y en la que la creencia religiosa se mueve por los senderos emotivos de un viaje espiritual que produce satisfacción emocional. Por eso es necesario anunciar a Jesucristo en nuestra cultura actual, como propone el tercer capítulo, sabiendo qué acentos casan más con el hombre de hoy y con su sed de vida, situando a Jesucristo en su verdadero contexto y conjugando la exigencia cristiana con el hombre de hoy.
Pero solo se puede anunciar a Jesucristo en una nueva cultura cuando la Iglesia, como profundizamos en el capítulo cuarto, es misionera. Siendo, quizá, su mayor reto el de generar conciencia y pertenencia cristiana, identidad creyente. Todo esto configura la evangelización, la misión y la expresión litúrgico-mistagógica, entre otras realidades.
Acercarse a las 143 páginas en las que se desarrolla esta reflexión es una invitación seria al cristiano católico de hoy a pensar y discernir los signos de los tiempos que nos tocan vivir y ver o descubrir cómo podemos sembrar el Evangelio del Reino en nuestra cultura y sociedad. Para poder vivir una fe coherente y misionera es importante poder acercarse a ensayos como este que nos ayudan a situarnos en medio de un mundo que se muestra, a veces, como incierto, hostil, indiferente… Solo entrando en las entrañas del mundo, hombre y cultura de hoy, podemos anunciar a Jesucristo, vivo y resucitado, que inunda de sentido la existencia humana.
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